México es un país caracterizado por su diversidad cultural, y ha logrado una especial experiencia en la patrimonialización de sus expresiones inmateriales a partir de la adopción de la política salvaguardista de patrimonio inmaterial; como parte de estos resultados, surgen diversas iniciativas en donde la patrimonialización de los bienes inmateriales de los pueblos, es negociado a partir de sus portadores con otros actores sociales; es decir, con la participación de los gobiernos locales y estatales, académicos, empresarios, instancias de cultura y turismo, entre otros; con la finalidad de buscar un re- conocimiento que trascienda la valoración local del patrimonio vivo. Un caso emblemático en México ha sido la experiencia de la Ceremonia Ritual de los Voladores al formar parte de la Lista Representativa de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad declarado por la UNESCO en 2009; sin embargo poco se ha hablado de los nuevos retos a los que se han enfrentado los portadores de ese conocimiento al buscar la apropiación y puesta en marcha de un plan de salvaguarda, compromiso al cual responde cualquier declaratoria ¿qué ocurrió con los portadores del conocimiento a nivel local después de la declaratoria?, ¿ De qué manera la declaratoria transformo o intervino en el propio ejercicio y expresión del bien cultural en la cotidianidad de sus portadores?

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