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LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL COMO POLÍTICA DE ASIMILACIÓN Y EMPOWERMENT EN MÉXICO

En los últimos años, en todo Latino América, como en el resto del mundo, emerge la necesidad de considerar a la diversidad cultural como un tema prioritario en todos los ámbitos del quehacer humano. En un escenario forjado por factores relevantes como las nuevas tecnologías y los movimientos sociales reivindicativos, se reclaman respuestas innovadoras que sean coherentes con los cambios vertiginosos que todo esto conlleva. Hablaré de un estudio de caso de las nuevas dinamicas de procesos identitarios en este contexto global local, se pone la lente en un fenómeno donde este proceso de inclusión y exclusión es privilegiado: la educación en el ámbito intercultural. Se quiere problematizar la congruencia de las universidades interculturales que se han ido conformando en América Latina desde los años 90 hasta el día de hoy. Tan solo en el caso de México nos encontramos con trece en un lapso de apenas 10 años. Algunas han nacido por iniciativa de las comunidades mismas, otras por parte del Estado. La educación intercultural -en el contexto mexicano y desde mi perspectiva- equivale a la nueva educación indígena con objetivos re dirigidos, (o quizás los de siempre): alcanzar un aprendizaje con la construcción de conocimientos significativos que parten desde una práctica social que ve al individuo como protagonista activo de participación con su vida y su ambiente. Sin embargo el proceso esta mostrando dificultades y le espera aún un largo camino, pues dichas universidades continúan en construcción; este es un proceso que se inserta en las dinámicas de sus propias comunidades y a la vez quiere emerger en el mundo global.

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