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Las corridas de toros como prácticas de turismo oscuro en México

En México, hay dos espacios paradigmáticos donde la tauromaquia se vincula fuertemente con la actividad turística: la Monumental Plaza de Toros México, en la Ciudad de México y la Plaza de Toros de Cancún, en Quintana Roo. El primero sitio atrae anualmente a miles de visitantes durante sus dos temporadas principales, además de que cada mes de febrero hay una corrida exclusiva para celebrar el aniversario del ruedo. El segundo es un excelente ejemplo de un espacio de representación manifiesta, es decir, un lugar carente de referencias culturales locales y que fue diseñado ex profeso para atraer visitantes y generar cierto impacto económico. En ambos casos, el espectáculo taurino es promovido por diversos operadores turísticos e incluso recomendado por foros en línea como Trip Advisor como parte de la experiencia turística de las localidades. Este trabajo pretende revelar la dinámica turística que se ha producido a partir de la tauromaquia, ya que se visitan las plazas de toros y se es testigo de la muerte de un animal no humano en un espectáculo privado. Además, los turistas se involucran en prácticas turísticas poco éticas porque el deseo de experimentar un elemento cultural hispanoamericano se contrapone con los intereses primarios de un animal y los involucra en lo que Sharpley y Stone (2009) llaman, desde una perspectiva muy antropocéntrica, turismo oscuro.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo