Centroamerica es una de las regiones más castigadas por la violencia , con tasas de homicidios de las más elevadas del mundo; y como corredor geográfico una de las zonas con graves amenazas de seguridad vinculadas con el narcotráfico y el crimen organizado. En este entorno, Centroamerica desde los años 90 con la firma de los  Acuerdos de Paz, define un modelo de seguridad democrática que supone un hito en el contexto latinoamericano, pero que enfrenta una serie de retos que afectan de manera diferencia a hombres y mujeres.  En un entorno donde la violencia estructural marca las agendas nacionales y regional, la revisión del modelo de seguridad democrática desde las prácticas de resistencia de los movimientos feministas de la región, incorpora nuevos elementos de analisis que permiten una revision feminista de la seguritizacion de las sociedades y el desarrollo. La solidaridad, la construcción colectiva de seguridad, la descosificación del cuerpo feminino; son elementos que no sólo permiten tener una nueva mirada sobre la seguridad, sino también la incorporación de practicas transformadoras en la propia construcción de sociedades seguras , inclusivas y democráticas que permitan el desarrollo personal en libertad.

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