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EL BARCO DE VELA RECREACIONAL COMO ESPACIO APROPIADO

El barco es el espacio donde se realizan las actividades de navegación de altura para adolescentes donde se sitúa mi trabajo etnográfico. Ante la imposibilidad de inmovilizar a los adolescentes a lo que de ellos se pretende, la reapropiación del espacio de dominación del barco ligada a la reapropiación de su cuerpo va a integrar lo real percibido en ésta experiencia yendo más allá de lo real, generándoles espacios vividos de representación a lo largo de una navegación.En el barco, espacio confinado con nombre propio, se generan unas condiciones espaciales indispensables para toda relación social, y por ende, para la evocación de la memoria. Lefebvre pone de manifiesto la amenaza de imposición de un espacio concebido. Detrás de ésta amenaza está la proyección de un espacio fantástico, el barco de vela tradicional, especializado para el consumo, donde los cuerpos solo tendrán que adaptarse a las rutinas preestablecidas, ya que los usos ya están definidos.En éste espacio de encuentro de lo lúdico y la naturaleza del mar, de lo imprevisible, de desequilibrios, espacio de juegos y a la vez, de conflictos dada la diversidad de experiencias individuales e idiosincráticas, de necesidades sociales y emocionales en situaciones extremas, donde las ‘normalidades’ se desarman y rearman en cada momento, el valor de uso prevalecerá por encima de un valor de cambio, generando una experiencia de espacio apropiado: mi barco! 

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