Sobre la base de la fenomenología de la diferencia corporal se elabora una reflexión sobre el cuerpo con discapacidad como fuente de conocimiento encarnado. El primer extrañamiento que producen los cuerpos no normativos apunta a un segundo extrañamiento que abre vías inéditas del conocimiento. La evidencia de encarnar una exposición al otro irreversible evidencia una ausencia de autonomía moral que conlleva cierto peligro de disolución y explica las violencias múltiples dirigidas a estos cuerpos no normativos. La vulnerabilidad del otro y la vulnerabilidad al otro irrumpen desde una diferencia intolerable que nos señala una verdad oculta a lo largo de la modernidad. Esto es, la vulnerabilidad y la exposición ontológica de la humanidad y por tanto su dependencia para con el otro. Los cuerpos no normativos producen un efecto devastador en la negación sistemática de esta constatación. Son cuerpos que confrontan a una realidad dolorosa indigerible para los modos de comprensión y organización contemporáneos. De esta hipótesis se sigue una profundización sobre la materialidad de la vulnerabilidad y el papel de los cuidados en nuestros contextos. El ejercicio consiste en escuchar a nuestros cuerpos expuestos a imágenes concebidas socialmente como monstruosas. Las percepciones y sensaciones serán la vía para abrir un interrogante sobre lo que nos pasa como humanos frente al otro y su singularidad.