Las ciencias sociales, tal y como refleja la literatura consagrada al estudio de las migraciones, han desarrollado un modelo de conocimiento sobre este hecho social asentado en el desarraigo y la ruptura creada entre sociedades de emigración-inmigración o población inmigrante-autóctona. Sayad (2011) plantea como la invisibilización de la condición de e-migrado y la re-afirmación del individuo como in-migrante implica un abordaje reduccionista de un proceso que se aborda sólo en relación a la sociedad de recepción. La aproximación binaria a una realidad social que es compleja, heterogénea y diversa, se ha convertido en el principio organizador de la reflexión teórica existente sobre las poblaciones en movimiento (Diminescu, 2010). Esta construcción produce una jerarquización, que fundamentada ontológica y epistemológicamente desde las disciplinas sociales, legitima los dispositivos de subjetivación que se ejercen sobre los individuos movilizados. La comunicación reivindica el reconocimiento de la pluralidad de personas que conforman esa colectividad construida como sujetos de pensamiento y acción. Presentaremos la experiencia de investigación colaborativa que sobre esta temática estamos desarrollando en Barcelona con movimientos activistas y entidades de auto-organización que trabajan para el reconocimiento de los derechos del colectivo migrante. Desde un espacio horizontal, inter-subjetivo y dialógico planteamos contemplar el “viaje” como forma de conocimiento que permita la apertura hacia la diversalidad de representaciones, saberes y prácticas que se re-elaboran desde posicionamientos multi-situados. Sólo desde el reconocimiento de los Sur(es), como lugares epistemológicos, podrá plantearse una producción colectiva del conocimiento, lo cual ha sido y es inherente al desarrollo de las ciencias sociales. 

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