El bertsolarismo vasco es el arte de improvisar versos según diversas melodías y patrones de rimas. Siendo en esencia un acto comunicativo, la bertsolaritza está inextricablemente ligada a la lengua vasca, y por ello esta práctica cultural está influenciada por la situación sociolingüística de la lengua. Hoy en día la lengua vasca se ve gravemente amenazada en el País Vasco Norte. Sin embargo, paradójicamente, el bertsolarismo tiene cada vez más adeptos entre los jóvenes. Y resulta que a través del bertsolarismo, estos jóvenes crean comunidades de práctica donde el euskera cumple todas las funciones comunicativas, y donde el lenguaje se convierte en un instrumento de juego. Paralelamente, la situación comunicativa planteada por el mismo hecho de improvisar en grupo -que exige alternar la toma de la palabra y la escucha activa- crea relaciones de gran empatía y complicidad, y en el seno del grupo se crean emociones y relaciones afectivas de gran intensidad. Como resultado, los jóvenes que participan en estas comunidades de práctica identifican la lengua vasca con la diversión, el disfrute, y el desarrollo de emociones y relaciones afectivas entre los participantes. A través de los elementos lingüísticos y no lingüísticos implicados en la práctica de la improvisación surgen maneras de relacionarse, formas de hablar, creencias y valores que constituyen las características de la identidad grupal, y observamos que el hecho de participar en esta comunidad de practica influye en la construcción de la propia identidad y en el comportamiento lingüístico de los participantes.

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