El ámbito de la discapacidad, resulta de la categorización y etiquetamiento de un grupo social -identificado políticamente- como deficiente, discapaz o desviado del modelo normativo de ciudadanía. Combinando esta situación con las medidas actuales proteccionistas y compensatorias de intervención social, se reproduce un mundo simbólico que desvaloriza la diferencia como anormalidad, una categoría valorativa y un arbitrario socio cultural. En esta comunicación se pretende explorar cómo se legitiman las prácticas de intervención y atención especializada para la normativización de los cuerpos. Respecto a la discapacidad, se clasifica y objetiva a la persona a través de un certificado burocrático-administrativo de carácter medicalizado en tanto se materializa a través del diagnóstico clínico. Esto nos lleva a preguntarnos sobre qué formas del carácter, la personalidad y del comportamiento se están reforzando desde la intervención social. Hablamos de personas con certificado oficial de reconocimiento de un grado de discapacidad: ¿qué estatus se están conformando en torno a aquellas personas acogidas a una categoría social devaluada que a su vez resulta ser la puerta de acceso al reconocimiento de los derechos de ciudadanía? Será interesante reflexionar en torno a las relaciones sociales y sus disposiciones que han aprehendido a diferenciar, catalogar y clasificar a las personas señaladas por su alejamiento a la norma, poner en cuestión dicha norma y su legitimación.