La comunicación se basa en la investigación antropológica desarrollada desde 2014 en 4 centros penitenciarios de la Comunidad de Madrid. La investigación tiene como objeto analizar las estrategias y narrativas que ponen en juego las personas consumidoras de drogas frente a los mecanismos disciplinarios y terapéuticos de la institución penitenciaria.Diferentes modelos normativos (criminal-legal, médico y psicológico) definen a las personas drogodependientes en prisión con un factor común que pone el foco en la carencia de: moral, saberes, hábitos, habilidades, competencias personales… y en el que los factores estructurales de orden político, económico y social son invisibilizados. Con esta definición del sujeto-objeto de intervención, el tratamiento busca que el sujeto adquiera eso de lo que carece y logre un autocontrol mediante la reconstrucción y narración de su subjetividad a través de un lenguaje psicológico.  Las personas deben demostrar esa adquisición a la vez que se les exige mostrar interés e implicación por el tratamiento.Las personas en función de diferentes aspectos como son el contexto, el género, las expectativas de libertad y el tiempo de condena, desarrollan tácticas discursivas y prácticas diversas. Entre ellas destacamos las tácticas de adhesión al modelo normativo (donde la culpa tiene presencia constante), de identificación instrumental (decir lo esperado- conocido en prisión como “ currarse la página”), así como resistencias contestatarias (a través del uso del cuerpo, como por la experiencia subjetiva y corporal de libertad a través del consumo de drogas) y contrahegemónicas (de resignificación y reapropiación de las etiquetas adscritas a las personas drogodependientes). 

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