La presente comunicación surge debido al interés por las relaciones entre las formas de gobernar  las migraciones internacionales y las administraciones neoliberales municipales. Concretamente, me centro en el análisis del interculturalismo y sus desarrollos prácticos. Entiendo que el despliegue de las políticas interculturales genera un complejo espacio de pugna política en el que participan una profunda multiplicidad de actores sociales. Así, aparecen numerosas limitaciones, problemas, desplazamientos, contradicciones y propuestas alternativas que hacen que el interculturalismo no se desarrolle  como había sido planteado  en un comienzo en el modelo ético-político.   Son diversas las críticas que han surgido debido a este desarrollo incompleto de las políticas interculturales. Algunas de las más importantes son: (I) la incapacidad para ir más allá de lo relacional (Walsh, 2010) y (II) de lo estético (Aguilar y Buraschi, 2012) en contextos de claro desequilibrio de poder. Por tanto, se (re)produce la desigualdad social, no se lucha contundentemente por el derecho a la diferencia; dando lugar a un (III) interculturalismo funcional o neoliberal (Tubino, 2005). Algunas de estas cuestiones han ido surgiendo en el trabajo de campo que vengo realizando desde septiembre de 2016 en dos barrios de Getafe. Por ello, me propongo reconstruir los puntos de vista de las y los técnicos que constituyen el último eslabón de la implementación de las políticas que nos ocupan; así como señalar las tácticas de reproducción, resistencia y subversión que generan estos puntos de vista.

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