Desde el comienzo del estudio social de la fiesta popular  en España, según Ariño y García Pilán (2006), en 1965 con la aportación de Caro Baroja acerca del carnaval, muchos han sido los autores que han abordado esta temática desde distintos enfoques. Sin embargo, como señalan los investigadores anteriores, la fiesta en el ámbito del multiculturalismo es un tema emergente que ha de ser estudiado. De esta forma, nos planteamos como enclave de estudio un barrio en el que se han producido dos oleadas migratorias. La primera, en los años 70, fue protagonizada por migrantes nacionales que permitió  la creación del barrio durante los años 70. La segunda, en los 90, permitió la llegada de vecinas y vecinos de un origen distinto al español, llegando a contabilizarse en los últimos años, un 32% de población extranjera.  Precisamente, durante el verano de 2015, la vinculación entre inmigración y delincuencia por parte de un grupo de personas del barrio, unido al rechazo hacia cuatro familias gitanas rumanas que estaban de paso, produjo la irrupción de un grupo de extrema derecha. Este grupo repartió comida solo a personas españolas, poniendo en peligro la convivencia.  Ante esta situación de conflictividad y la ausencia de una respuesta explícita del barrio, la comisión de festejos lideró la situación. Trató de ayudar a transformar los conflictos estivales en cohesión. La comisión recordó cuál era la esencia del barrio mediante las actividades realizadas, los lugares en los que se celebraron, así como con el pregón de fiestas. 

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