La crisis de la resistencia microbiana: soluciones hechas problema y retos de escala etnográfica
El fenómeno de la resistencia microbiana - la capacidad genética de ciertos microbios de sobrevivir a la aplicación de antibióticos - supone una llamada de atención para la biomedicina. Hoy, cada vez menos antibióticos son efectivos. Las autoridades sanitarias no solo consideras la resistencia microbiana como un riesgo epidemiológico para la salud, sino como una emergencia, una crisis que hace tambalear los mismos cimientos de la biomedicina del Antropoceno.
La escala de uso de antibióticos, en la terapia médica y la producción alimentaria, en particular en la cárnica, a nivel global desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días, ha afectado considerablemente el desarrollo evolutivo microbiano.
El propósito humano de curar, aliviar la enfermedad contagiosa, e incluso erradicarla, encuentra en la resistencia microbiana un obstáculo administrativo, científico y epistémico ahora a resolver. El acto de ‘domesticar’ a los microbios por medio del antibiótico, ha supuesto no sólo una intervención sanitaria para curar (y exterminar) la enfermedad infecciosa, sino también una intervención material, genética, evolutiva y ecológica de los mundos microbianos con los que convivimos hoy (Landecker 2015).
Esta ‘solución hecha problema’ (Landecker 2015) no sólo supone una encrucijada epistémica para la biomedicina, sino también para comprender las relaciones humanas con los microbios y la infección. La resistencia microbiana supone un fenómeno analítico ejemplar, ya que conlleva repensar los procesos mediante los cuales pensamos la experiencia de infección, construimos conocimiento sobre los microbios, y administramos la salud y la(s) vida(s) (humanas y microbianas). Pero, ¿cómo orientamos la mirada antropológica hacia la escala microscópica?
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