Buena vida, vida dura. Redistribución, merecimiento e identidad migratoria
No es extraño que en los sistemas redistributivos, especialmente cuando implican transferencias interterritoriales, los contribuyentes netos cuestionen el merecimiento de los receptores. En Cataluña, las referencias a la redistribución interterritorial como transferencias injustas (“expolio fiscal”) es algo que no es reducible al (pero tampoco independiente del) proceso independentista, pues su alcance va más allá de los partidarios de la independencia. En esta comunicación me centraré en un aspecto muy concreto de este fenómeno: el relato elaborado por hijos/as de migrantes procedentes del sur de España sobre la “buena vida” en las comunidades de origen de sus progenitores, experiencia que contrasta con la “vida dura” en Barcelona. Según este relato, la buena vida de sus familiares y paisanos en zonas improductivas, de la que ellos ofrecen testimonio personal, solo puede ser resultado de una injusta transferencia de rentas a costa de los sufridos contribuyentes en las zonas productivas.
Además de su evidente significación material, especialmente en tiempos de crisis, este relato gana una especial relevancia si lo enmarcamos en el papel que tiene la memoria migratoria (que en gran parte es una memoria de la urbanización) en la imagen que tienen de su trayectoria personal y familiar. El contraste entre buena vida en el pueblo y vida dura urbana constituye una anomalía para su auto-imagen como hijos exitosos (que han experimentado movilidad social) de migrantes exitosos (que escaparon del hambre y de una vida de privaciones). La idea de la transferencia injusta explica la anomalía cimentándola en su memoria migratoria.
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