El trabajo que presentamos a continuación surge en el seno del proceso etnográfico que hemos venido desarrollando dentro del proyecto CICLA: Movilidad Sostenible en Andalucía, prácticas y discursos en el uso de la bicicleta. Pues es a partir de la observación y el contacto directo con las distintas formas en las que los y las ciclistas se mueven, viven, perciben y se apropian del entorno del que forman parte, donde empezamos a cuestionarnos y reflexionar en torno al tipo de relaciones que se establecen entre las personas y sus ciclos. Nos centramos en la simbiosis que se produce entre cuerpo y máquina para el caso del uso de la bicicleta como medio de transporte, pero también como objeto en estrecha relación con el ser humano, con su imagen y con sus relaciones sociales. Ello implica considerar las experiencias de hipercorporeidad que surgen en la relación entre cuerpo y máquina. Experiencias halladas, entre otros en el desarrollo diferenciado de percepciones del entorno, en el entramado de sensaciones sobre el estado y funcionamiento de la propia máquina o en las manifestaciones de dolor y placer asociadas a la vivencia de desplazarse en bicicleta. Para ello, es fundamental integrar un enfoque de género a nuestro análisis, pues los roles de género, lo que social y normativamente se atribuye como femenino y masculino también se manifiesta en las formas en las que hombres y mujeres se mueven, apropian, perciben e interpretan el espacio por el que transitan , en este caso, montados/as en bicicleta.

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