El carácter agropastor de los pueblos andinos está presente en todos los aspectos de la vida, no sólo desde un punto de vista económico, sino social, cultural y religioso, es por ello por lo que gran parte de su rutina diaria está relacionada con la Madre-Tierra ( Pachamama). Ese vínculo afectivo que es establece entre los humanos y la Pachamama, es renovado periódicamente mediante diferentes rituales ya que, aunque la tierra otorgue sus frutos, ésta no lo hace de manera gratuita, sino que pide dones que hay que ofrecerle en determinados momentos, dependiendo de lo que se le esté solicitando.El origen precolombino de estos rituales ha llegado hasta nosotros gracias a las descripciones que podemos encontrar sobre ellas en los textos de los primeros cronistas cuya lectura nos hace pensar que el registro arqueológico de los países andinos debe estar repleto de evidencias de ofrendas a la Pachamama anteriores a la conquista, sin embargo, la situación es muy distinta.Los escasos datos publicados al respecto ha hecho que me plantee que o bien estos han sido destruidos tanto por medios naturales como antrópicos, o bien no se han buscado de la manera adecuada y/o se les está otorgando una funcionalidad diferente. Por ello mi objetivo es establecer un protocolo de actuación que permita no sólo la correcta localización de este tipo de yacimientos, sino su intervención arqueológica y estudios posteriores, para un mejor análisis arqueológico, histórico y arqueométrico.

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