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Movilidades Religiosas. La ruta sagrada al Santuario del Señor de la Buena Muerte, Texocuixpan, Puebla (México).

Los santuarios propician un gran flujo humano, un tránsito constante de peregrinos provenientes de diversos lugares que esperan un año completo para poder recorrer un camino, ya sea a pie, a caballo, en bici, en camión, en moto o en automóvil. De manera individual o en grupo, las personas se desplazan para encontrarse con la imagen con la que han pactado un intercambio de sacrificios, el cumplimiento de una manda, el agradecimiento por un milagro concedido o, simplemente, son movidos por el interés de visitar algún lugar para conocer una imagen milagrosa. Al mismo tiempo, para quienes ahí habitan, los santuarios son lugares en donde se viven aspectos importantes de la vida cotidiana, son lugares que tienen una historia local y regional, que se conjuga con la memoria colectiva.  A partir del trabajo de campo realizado en Texocuixpan y con peregrinos, se sugiere reflexionar en torno a: la agencia del peregrino, es decir, sobre sus motivaciones y acciones para peregrinar; y a la movilidad como un aspecto inherente de la peregrinación que devela problemáticas y formas de apropiación y organización. Dichos elementos unen el fenómeno peregrino y al santuario con el territorio.  En este trabajo, se parte de que la relación santuario-peregrinación es un fenómeno religioso intrínseco, pues el santuario es “la razón de ser” de la peregrinación, es decir, “no hay peregrinación sin lugar sagrado”. (Margry, 2008: 23). Empero es necesario verlas por separado para después analizar dicha relación, reflexionar en ello es un constante ir y venir entre ambas categorías.

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