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MASCULINIDADES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA: REACCIONES Y PROACCIONES.

Dentro de la lucha en consecución de la igualdad de género en la sociedad se da el fenómeno sorprendente del desplazamiento de un problema social hacia un espacio feminizado. La violencia de género se ha fijado dentro de las agendas políticas bajo el paraguas femenino, un tema de mujeres, un problema que derivar a los servicios especializados en mujeres. La erradicación de la violencia machista cae bajo la responsabilidad de las sufridoras del proceso. La lucha feminista por una sociedad igualitaria incluye la lucha contra la violencia de género en su materialización. Sin embargo, los varones no parecen ser invitados a repensar la sociedad y a repensarse a sí mismos en otros términos que en el de la continuidad de las relaciones de género, a saber: la dominación, como antagonistas. La mayoría de las acciones en términos de reflexión sobre las relaciones de género parecen producirse en el campo del agravio y contra-agravio. Es decir, la mayoría de la población masculina no se cuestiona el patriarcado ni la desigualdad dificultando o imposibilitando una transformación hacia una sociedad igualitaria. Pero igualmente no parece que los roles masculinos patriarcales estén incluidos prioritariamente en las agendas feministas. Dentro de la herramienta relacional del género, con la que obtenemos dos categorías: hombre y mujer nos surge la pregunta: ¿ En todo esto de la igualdad, qué pasa con los hombres? ¿Son los hombres el enemigo o son parte de la sociedad en transición al cambio? ¿Cómo vemos los roles masculinos y que espacios existen para el cambio?

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