En este paper, llevo a cabo un análisis de las diferentes políticas implementadas en la ciudad de Salt durante la última década para hacer frente a lo que es cada vez más visto (a nivel de Estado) como “un nuevo problema social”: las inmigraciones desde el Sur Global. Para tal fin me he inspirado en el aparato analítico propuesto por Carol Bacchi (2009) llamado WPR (“What is the Problem Represented to be”) además de las consideraciones teórico-metodológicas de Chris Shore y Susan Wright (1997). Esto ha resultado en la siguiente serie de preguntas: ¿cuáles son las medidas implementadas y cuáles son sus presupuestos inherentes además de, por el otro lado, sus (posibles) consecuencias sociales? Las políticas sociales implementadas se pueden clasificar en dos grupos: a) políticas socio-urbanísticas (anti-guetos): reformas urbanísticas, promociones de mezcla social, proyectos sociales (agente cívico, de convivencia, etcétera), y b) políticas de integración y políticas sociales implementadas para la gestión de la «diversidad cultural». A raíz de este análisis se observa una tendencia generalizada por parte de las administraciones públicas a percibir que estas poblaciones provocan nuevas demandas originadas directamente de su diferencia cultural -y no, por ejemplo, de su condición de clase trabajadora o las situaciones precarias en que muchas veces viven-, y que hasta hace poco habían sido encaradas con un mínimo de diferenciación. Esta forma de gestionar lo que se percibe como una nueva “cuestión social”, ha cambiado en los últimos años y la asignación, y con ella la responsabilidad, se relega cada vez más, aunque no de forma exclusiva, hacia el Tercer Sector debido a presiones político-económicas a varias escalas. La consecuencia es que acaban por excluir a ciertas poblaciones a la vez que dividir los beneficiarios según adscripciones etno-culturales, y así alimentando las demandas 'nativistas' de la extrema derecha.

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