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Explorando nuevos campos y experiencias. El quehacer del antropólogo en los espacios hospitalarios

El papel del antropólogo ha sido muchas veces la de convertirse en el extraño, el sujeto incómodo a interior de los ambientes y espacios donde se desenvuelven cotidianamente sus objetos de estudio, y donde se presenta el problema que persigue conocer y explicar. El espacio hospitalario donde visiblemente se percibe la cristalización de las jerarquías sociales, representa un campo fértil de estudio en el que este profesional de las ciencias sociales se acerca a un espacio controlado y dominado por el médico, una de las profesiones más jerarquizadas, celosas y reservadas de su quehacer cotidiano, lo cual implica todo un reto de acercamiento e inserción a las entrañas de este ambiente profesional. Mediante la aplicación de una metodología cualitativa, el objetivo es pensar la inserción del antropólogo en estos espacios mediados y jerarquizados, y su importancia como aquel sujeto que al observar, describir y analizar los distintos fenómenos relacionados a la salud y la enfermedad que ahí se presentan, ofrece elementos para reflexionar y redireccionar el quehacer médico, y en general del personal de salud, frente a los pacientes/usuarios que asisten a solicitar un servicio, porque se ha observado que las cercanías y los distanciamientos que en este ámbito se establecen entre los médicos y las pacientes, están marcados por roles sociales que les son asignados por construcción social que estratifica estos roles de conducta y comportamiento de subordinación (médico) e insubordinación (pacientes), que son asumidos y experimentados de manera natural, pero no por ello aceptados como únicos y absolutos. 

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