En la vida laboral o familiar, en los tiempos de ocio, los habitantes de los núcleos urbanos nos movemos a través de un deslizamiento constante entre medios de comunicación reales y virtuales. Desde diferentes perspectivas, se ha puesto el énfasis en cómo lo digital ha entrado a formar parte de nuestras vidas materiales, sensoriales y sociales (Hine 2004; Pink et al, 2015), marcando la emergencia de áreas de investigación y planteamientos metodológicos inéditos. Por otro lado, nuestra movilidad física solo en parte deja de ser imprescindible, experimentando, al contrario, un continuo proceso de renovación de sus hábitos para adaptarse al policentrismo de las regiones metropolitanas.En la etnografía, estas dinámicas han impulsado el desarrollo de nuevas herramientas metodológicas, capaces de acompañar los desplazamientos físicos y virtuales de los sujetos, con el objetivo de ampliar el terreno de la observación de campo y aportar nuevos conceptos y categorías analíticas.En este marco, el uso de los medios audiovisuales no se limita a aportar una clara capacidad documental del trascender continuo de fronteras urbanas por parte de las personas, si no también nos interroga sobre qué herramientas podemos utilizar para representar la experiencia de movilidad en esta sociedad “hipertextual” (Ascher). A partir de los resultados de una investigación sobre movilidad cotidiana, aquí se sugiere una reflexión sobre la escritura etnográfica y su posibilidad de hacerse “hipermedio”. A través de un diálogo con las nuevas narrativas digitales, se indaga la eficacia comunicativa, en el ámbito etnográfico, de las nuevas plataformas digitales interactivas.