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Ser-para-la-muerte. La convivencia con la mortalidad como condición existencial

La muerte es un fenómeno que todo sujeto está obligado a afrontar. Aunque modelada en cada contexto cultural, se trata de una experiencia que excede con creces los matices particulares de cada uno de ellos. Más allá del hecho biológico, por encima de la vivencia antropológica, la muerte se nos impone como una condición de la existencia misma.   El filósofo alemán Martin Heidegger inició el análisis fenomenológico de la muerte en Ser y Tiempo (1927), llegando a denominar al ser humano como un ser-para-la-muerte, debido a la constitutiva presencia de la finitud en el sujeto. Según su teoría, si la muerte es considerada un evento, es decir, algo que solo ocurre al final de la vida, es por un ejercicio de huida en el que todo individuo se haya inmerso desde su nacimiento y posterior enculturación.   Abrumado por la mortalidad, incapaz de concebir su futura inexistencia, el ser humano ha diseñado diversas formas de evitar mantener la mirada ante el vacío de la muerte. Sin embargo, existen planteamientos fenomenológicos y existencialistas que abordan la posibilidad de un contacto con la muerte basado en la afirmación de la misma, capaz de superar la evasión generada por su intrínseca problematicidad.   Nuestro propósito será exponer la noción de muerte como condición existencial transcultural, ahondar en sus implicaciones y formas de manifestación en Occidente, para finalizar con las propuestas de superación aportadas por el pensamiento contemporáneo, sentando así las bases para un fructífero diálogo interdisciplinar.

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