La intención en esta ponencia es reflexionar sobre la importancia que en las sociedades contemporáneas tienen la normalidad la perfección y la belleza. En la perfección se encuentra la “verdad corporal” de mujeres y hombres; y en las mujeres, la belleza es la “norma”. Ya desde el siglo XIX, con los avances de la medicina en materia de microbiología y bacteriología, y con el advenimiento de la higiene, la salud se convirtió en otro de los elementos de dicha realidad corporal. Tales valores asignados a los cuerpos en la modernidad se han convertido en normalizadores y en este juego de ficciones, la búsqueda de la belleza y la perfección implica perseguir una quimera. La búsqueda de cuerpos perfectos pasa por diversos dispositivos corporales entre los que cumple un papel singular la cirugía cosmética, donde lo más significativo para esta reflexión es su afán de normalizar a hombres y mujeres apelando a ideales de belleza definidos desde los medios masivos de comunicación o desde los quirófanos de los cirujanos. En esta búsqueda desenfrenada, llas prácticas corporales tales como las intervenciones quirúrgicas y la medicalización indiscriminada materializan a los sujeto de género, producen y reproducen la feminidad hegemónica.