Este trabajo se enmarca en la economía feminista y de forma más específica en el paradigma de la sostenibilidad de la vida. Éste reivindica situar la lógica de los cuidados (en contra de la lógica del beneficio) en el centro de la economía para garantizar la satisfacción de las necesidades humanas y hacerlo desde una óptica feminista. Los últimos años asistimos en Barcelona a la emergencia de los grupos de crianza compartida, como iniciativas comunitarias autogestionadas para la resolución de los cuidados en la primera infancia. Esta emergencia ha coincidido con el período de políticas de austeridad que han recortado la inversión pública en los servicios de cuidado en general, y la escola bressol en particular. Paralelamente, el paro y la precarización del empleo de los últimos años han permitido una mayor disponibilidad de las personas para asumir trabajos antes externalizados, como el cuidado en la primera infancia. Esta investigación plantea principalmente dos cuestiones. En primer lugar, pretende poner en valor los grupos de crianza como iniciativas colectivas al margen de lo público y del mercado, que permiten sostener la vida en un momento que se ve especialmente amenazada, poniendo el cuidado en el centro y situándolo como una prioridad. En segundo lugar, se plantean, desde una óptica feminista y de justicia social, algunos límites de la redistribución del cuidado en un contexto patriarcal de división sexual del trabajo en que el cuidado se encuentra imbricado en la identidad femenina.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo