La construcción social de la idea del “pobre culpable”, el entendimiento de la movilidad social como “fruto del esfuerzo” y la justificación del abandono del Estado en la provisión de bienestar por una percepción de ciudadanías diferenciadas como parte de la incorporación del discurso conservador individualista, son algunos de los elementos culturales y simbólicos que pueden ser colocados como factores que intervienen en la explicación de la reproducción, justificación y tolerancia de la desigualdad social.La histórica representación social de la Calzada Independencia como frontera simbólica de desigualdad en la ciudad de Guadalajara, México, es un gran ejemplo de lo anterior. Representaciones estigmatizantes sobre el  comportamiento de la mayoría de los habitantes del oriente de la ciudad, justificadas a través de raíces culturales disímiles, justifican los resultados diferenciados entre la población que habita ambos puntos cardinales de la ciudad respecto de resultados sobre: bienestar, pobreza, vulnerabilidad y hasta gasto social del gobierno.Para el trabajo que aquí se resume, se realizó el recuento de la trayectoria histórica de dicha frontera, de algunos datos socioeconómicos actuales sobre las diferencias entre ambos lados de la ciudad, y de entrevistas semi-estructuradas con habitantes de la misma.A partir de lo anterior, exploro las diferentes representaciones de la desigualdad sobre la ciudad, la estigmatización de los habitantes según su lugar de residencia, la justificación y tolerancia de la desigualdad a partir del factor cultural, y la percepción de la “otredad” como algo lejano y de la “ciudad fragmentada” como un común entre las personas.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo