El flamenco es una serie de formas culturales compuesto por expresiones musicales y coreográficas, pero comprende cosmovisiones que van más allá de lo considerado exclusivamente como artístico.Atendiendo a las políticas públicas que la tienen por objeto, su práctica está esterotipadamente relacionada con España. Visiblemente, organizan esta lógica representaciones que pueden verse alrededor del mundo y en la que están implicadas instituciones como el Ministerio de Cultura y el Insituto Cervantes, vía financiones de investigación para la salvaguarda del patrimonio cultural por las Secretarías de Cultura y Universidades. Artistas flamencos profesionales y amateurs, así como empresarios y hosteleros, o investigadoresy profesores  que se relacionan con este campo cultural, viven entrelazadamanete con los efectos de estas políticas públicas que materializan el día a día de lo considerado como flamenco -legítimo-. Unas políticas que se preocupan por el llamado "mundo de la cultura" y de las que hacemos análisis social detectando dispositivos de etnificación cultural o conceptos de "áreas culturales" que permiten juegos de inclusión/exclusión por parte de determinados colectivos que excluyen a otros. El manto de la cultura vela aquí aquello que nos devuleve el trabajo de campo: el juego identitario que se da con el flamenco de trasfondo entre grupos flamencos que se organizan jerárquicamente en términos de legitimidad basada en el derecho a utilizar determinadas formas culturales etnificadas.Este trabajo profundiza en el juego social de los flamencos de la ciudad de Madrid para reflexionar sobre los diversos conceptos de cultura que permiten concebirla en términos de legítimo derecho.

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