Artículo

OBSESIÓN POR LA BELLEZA FEMENINA EN VENEZUELA

La obsesión por la belleza femenina venezolana se ha convertido en un tópico generalizado. Los aspectos varios de su estudio mostrarían una complicada temática. Aquí tematizamos la cultura para plantear el excelente preparado natural que como campo de cultivo social tiene la Organización de Miss Venezuela. El punto fenoménico y de ocasión explicativa se ubican en la pauta del machismo, originado en el modelo de madre/macho inscrito a su vez en el concepto de matrisocialidad, como conceptualizamos la matriz de sentido en la cultura mayoritaria de Venezuela. El argumento procede de la obsesión machista que incluye el reverso del hembrismo, cuyo símbolo lo porta una mujer primitiva, sensual y sexualizante. Como obsesión se vincula con un desorden étnico: el infantilismo pueril; como primitiva se asocia con lo virginal; como sensual sexualizante genera lo placentero. La belleza femenina se vive como un don natural que contiene la idea de perfección como norma de saberse y practicarse lo femenino. La función dual del varón constituye una adoración por lo femenino reforzando la autocontemplación de la mujer sobre su propia apariencia corporal. Exhibicionismo, vanidad narcisista, competencia inter-femenina, autoestima que impulsa al permanente arreglo, ostentación de pureza briosa y desenvoltura moral, recorren y preservan su autoevaluación sensible cuando se mira a sí misma. Cultivar su belleza le servirá para sobreponerse en la escena social y hasta subir en la escala social y aún de poder. Más que encantar, procura cautivar al hombre. Sus triunfos internacionales como Miss, vividos como espectáculos histriónicos, sostienen al yo ideal como compensación a la disminución del ideal del yo que expresando un complejo de inferioridad constituyen el ser nacional.

Leer texto completo