La identidad genérica es uno de los ejes centrales de su constitución como sujetos sociales y culturales, lo cual se articula con un conjunto diverso y complejo de multideterminantes que definen las condiciones y formas de vida, así como el conjunto de mandatos y atributos que deben cumplir las mujeres y los hombres pertenecientes a contextos y realidades sociales específicos. En este marco, los hombres, como sujetos emblemáticos del mundo patriarcal y todo lo que ello representa, realizan un conjunto de actividades mediante las cuales refrendan esa posición de privilegio. Una de estas actividades tiene que ver con la práctica de las actividades deportivas, en las que ponen en escena el conjunto de mandatos y atributos que los define como protagonistas principales de la recreación del juego. En este campo, el futbol tiene un papel primordial en la vida de los hombres; estructura una parte de la existencia de su vida y la razón para jugar en ella. Ello comprende la elección de un equipo de futbol (del orden profesional y/o amateur), en el que, a partir del nombre (sigificación de pertenencia), se reconoce su historia, su nombre y uniforme, (la camiseta) que le da sentido y representación de identidad. Es ésta, mediante la cual los hombres se sitúan, se reconocen, razonan y confirman, como sujetos representantes del patriarcado y como sujetos genéricos, identitariamente adscritos al grupo juramentado deportivizado.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo