Durante los meses de otoño 2009, 2010 y 2011 desarrollé el trabajo de campo de un estudio sobre los usos y apropiaciones de las carreteras por parte de los conductores de los hiace (una furgoneta monovolumen de transporte colectivo que toma su nombre del modelo Hiace de la empresa Toyota, ampliamente extendido en África) de la isla de Santiago (Cabo Verde). [El término hiace responde a una perspectiva emic –como conceptualización y distinción significativa para la sociedad estudiada–. Con este concepto se define tanto al vehículo como al tipo de transporte que encarna.] Se trataba de estudiar las apropiaciones espaciales protagonizadas por los conductores y los peatones, y su relación con la planificación pública de determinados espacios urbanos en el contexto de la movilidad. El objeto inicial de la investigación abarcaba los usos, las prácticas y las representaciones vinculadas con el espacio y con el propio vehículo, sus funcionalidades instrumentales y simbólicas, así como las regulaciones y las resistencias que se producen ante la planificación institucional del uso de esos mismos espacios urbanos y de los consiguientes modelos de transporte y movilidad. Lo que se propone en la comunicación es abordar de la relevancia del sistema hiace como afirmación del vínculo social, cuestionar el papel del Estado en la formalización de dicha actividad y debatir el sentido político de las “recomendaciones” que la institución financiadora de la investigación (una institución estatal española) esperaba recibir por parte de los investigadores como parte del estudio llevado a cabo.