Augusto Raúl Cortazar (1910-1974) fue una figura fundamental en la conformación del campo académico de investigaciones folklóricas en Argentina. A pesar de las crecientes demandas de cientificidad que lo circundaban, que exigían un conocimiento racional, vaciado de retórica y afectividad, Cortazar jamás dejó de mencionar al amor como fundamento y objetivo final del conocimiento generado por el Folklore, lo que no supuso, sin embargo, una opción por el irracionalismo. Muy por el contrario, Cortazar nunca dejó de considerar al Folklore como una disciplina dentro del campo científico, para lo cual insistió en la definición de un objeto que le era específico y de un método particular para estudiarlo. En esta ponencia busco, por un lado, describir el sentido y las consecuencias de esta opción por el amor en el contexto de institucionalización y profesionalización de la disciplina en el conjunto de las Ciencias Sociales y Humanas en Argentina, especialmente en Buenos Aires. Por el otro, reflexionar sobre la importancia de las emociones para comprender la praxis científica desde el punto de vista de los propios actores.El trabajo es parte de la investigación realizada para el doctorado en Antropología Social, enmarcado en un proyecto sobre la Historia de Antropología en Argentina.