La perspectiva de privilegiar lo agrario, en el estudio de la forma de vida de los sujetos rurales, ha cambiado de forma importante bajo la irrupción del capitalismo neoliberal en las últimas tres décadas. Las transformaciones socioeconómicas, así como la mayor articulación entre espacios urbanos y rurales, por aumento o expansión de infraestructura, transporte y tecnología, a la par de novedosas formas de comunicación y consumo, han propiciado que el perfil de los sujetos rurales inevitablemente haya cambiado. Lo anterior se entiende, por una transición de la producción agropecuaria a una inserción en los mercados laborales regionales y nacionales, debido a la participación en diversas fuentes de ingreso de la población, lo que ha modificado sustancialmente las dinámicas sociales. Son los jóvenes bajo este escenario y en respuesta a otras condiciones de vida, quienes más han transformado la forma de vida “tradicional”. De la mano de nuevos mercados laborales y otros patrones culturales de consumo, se han generado dinámicas y perspectivas diferentes que los visibiliza como actores importantes de esta nueva realidad social del espacio rural, la cual contradictoriamente se ha caracterizado por mayores condiciones de desigualdad, sobreexplotación, precarización, marginación y desterritorialización. Este trabajo da cuenta de las actuales dinámicas y respuestas de jóvenes, en localidades de la región central de México, los cuales se encuentran en contextos rurales diferentes a la de generaciones anteriores, obligados a generar diversas estrategias, tanto de movilidad y flexibilización socioeconómica, para sobrevivir.

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