Oaxaca es uno de los Estados de la República Mexicana que cuenta con dos sistemas electorales legalmente reconocidos. La reforma al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca (CIPPEO) reconoce legalmente a las autoridades municipales electas a través de las normas locales consuetudinarias. Este hecho representa una conquista en las demandas indígenas, pero también produce una gran polémica porque su aplicación legitima exclusiones de diversos sectores de la población, entre los que se encuentra el de las mujeres. En Oaxaca, 153 (26% del total de 570) municipios eligen sus autoridades por el sistema de partidos y 417 (el restante 74%) lo hacen a través de lo que aquí se conoce como los sistemas normativos internos. En muchos de los municipios que se rigen por dicho sistema, las mujeres no participan en absoluto en el proceso de elección, en otros casos las mujeres participan pero no son electas, sólo votan. Entre estas posiciones se da una gran diversidad de situaciones en los que las mujeres participan o son excluidas dependiendo de la manera en que en cada uno de los municipios se conceptúe a los ciudadanos de la localidad. La participación de las mujeres es limitada, sobre todo en los municipios donde se designa al ayuntamiento por el régimen electoral de sistemas normativos internos, también es cierto que las mujeres han tratado de cambiar esta situación para poder conseguir una plena participación en la vida política de los municipios de esta entidad. La explicación de las diferencias en los niveles de participación, es una de las preocupaciones que en esta ponencia se abordara desde una perspectiva en la que se destaca las distintas formas que asume la ciudadanía en los contextos aludidos y la manera en la que las mujeres construyen caminos para superar situaciones en las que son colocadas como ciudadanas de segunda clase o con participación incompleta o mutilada.