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ANDAMIAJES PARA UNA PRÁCTICA ETNOGRÁFICA COLABORATIVA. EL VALOR DEL PROCESO

Numerosos son los trabajos que desde diferentes contextos y espacios reivindican la necesidad de descolonizar las ciencias sociales (Smith 1999, Santos 2006, Castro-Gómez y Grosfoguel 2007, Leyva, Burguete y Speed (2008). En esta comunicación presentaremos algunas reflexiones sobre lo que entendemos por etnografías colaborativas y esbozaremos algunas posibles propuestas en clave de “desbordes” (Villasante 2006) que nos permitan problematizar sobre nuestras formas concretas de producir investigaciones etnográficas. Pensar en claves de procesos y no en términos de productos desde el momento inicial de cualquier investigación, nos permitirá generar herramientas de trabajo que de forma dialógica nos orientarán a abandonar las narrativas puramente testimoniales circunscritas dentro de unos márgenes cerrados y definidos exclusivamente por el “investigador/a”. Repensar la forma en que dotamos de centralidad al proceso, nos permite a todos los actores poder ser parte activa de la investigación, compartiendo, debatiendo, cuestionando y repensando de forma colectiva. Si entendemos la investigación etnográfica colaborativa como un pluriverso de sentidos, supone en gran medida reformular la gramática etnográfica, lo que significa incorporar y reconocer formas colectivas de producir saberes-haceres. A partir del uso abierto de registros conjuntos que se pueden ir generando del proceso de coinvestigación (mediante wikis, blogs y foros, etc…), cuya naturaleza colaborativa, supondría la superación del producto cerrado de autoría limitada, y permitirá poner en valor el proceso colectivo transcendiendo la centralidad y el protagonismo de la dimensión individual.

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