La crisis iniciada en 2007, acompañada de políticas de austeridad y recorte social, han dibujado un escenario social de aumento de población vulnerable. Como respuesta, se han ampliado las bases de los movimientos sociales, que han puesto el foco no solo en criticar el papel de los mercados en el aumento de la exclusión social, sino también en señalar la ineficacia del estado como proveedor de bienestar, iluminando las complicidades entre el mercado y el estado en el modelo neoliberal.Partimos de la crítica a la sociedad de mercado de Polanyi (1944), y la revisión la misma de Nancy Fraser (2013) introduciendo el “triple movimiento” para analizar como las prácticas de los movimientos sociales pueden contribuir a repensar las políticas de protección y bienestar social. Con este objetivo se ha realizado un trabajo empírico basado en grupos de discusión y entrevistas  con integrantes de movimientos sociales por la vivienda. Nos fijamos en los retos para repensar el modelo de gobernanza que plantean sus modos de organización o las propuestas de redistribución, así como en los procesos micro de interacción que pueden generar reconocimiento. En este sentido Fraser (2014) indica que los marcos de protesta, basados en ideales “no económicos” como la solidaridad y la reciprocidad pueden contribuir a repensar las políticas de protección.Los resultados apuntan a repensar el modelo de gobernanza y las políticas sociales considerando el papel que las redes sociales juegan en la provisión de bienestar y en la inclusión social de las personas participantes.

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