Con la instrumentación en México de políticas neoliberales como la apertura comercial con Estados Unidos y Canadá y el ajuste estructural en los años noventa del siglo XX, se creó un marco económico desfavorable para la producción agropecuaria y la pervivencia de formas de organización rural tradicionales. Luego de la reforma al Artículo 27 Constitucional, aprobada el 6 de enero de 1992 esta tendencia se aceleró impactando de modo directo sobre todo a los pequeños productores rurales dada su precariedad económica. El interés de este trabajo está enfocado en identificar las nuevas formas de reorganización de los actores rurales ante los nuevos procesos de reestructuración económica y de las políticas públicas gubernamentales luego de la reforma agraria de 1992, analizando como estudio de caso al ejido San Antonio Tlayacapan, al sur de Guadalajara, Jalisco.

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