En Chile, el incremento en la esperanza de vida y de la población mayor ha suscitado inquietud por conocer el grado de bienestar que experimentan las personas que envejecen. Este bienestar, se encuentra impactado por múltiples categorías de diferenciación social, entre ellas, el nivel socioeconómico al que pertenecen las personas mayores. En los sectores urbanos populares cumplir 60 años no significa dejar de trabajar, las mujeres continúan apoyando a la familia mediante su trabajo gratuito como cuidadoras informales y, en muchos casos, trabajando remuneradamente. A partir de lo mencionado, en la presente comunicación se exponen resultados de una investigación, cuyo objetivo fue comprender cómo el acceso al bienestar de las mujeres mayores de sectores populares en Santiago de Chile está impactado por el lugar que ha ocupado en sus vidas el ‘trabajo de cuidado’ y el “trabajo remunerado”. A través de los relatos de vida de 9 mujeres mayores de la comuna de Independencia se muestra cómo gracias a la ayuda de las mujeres de la familia, han podido articular el trabajo de cuidado y el trabajo remunerado a lo largo de sus vidas, y cómo lo continúan haciendo también en la vejez. Entre los resultados, se destaca que “naturalizar” esta gestión del trabajo de cuidado y trabajo remunerado en las mujeres, implica desconocer el tiempo que han invertido en ello a lo largo de sus vidas, y comprender por qué sus vidas y sus cuerpos, en definitiva, su bienestar cuando son mayores, se encuentra impactado por ese cúmulo de responsabilidades.

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