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La cultura en la época de su programabilidad técnica

Según la célebre fórmula de Walter Benjamin, la obra de arte pierde su aura en la época de su reproductibilidad técnica. De manera similar, cabe afirmar que la cultura pierde la suya en la era de la programación técnica de la vida, y de la simulación informática de la mano que escribe, del oído y la boca que oyen y escuchan y de los ojos que ven. La presente comunicación propone un debate teórico e histórico en el cruce de la antropología y los media studies. La etnografía nació como crítica de la cultura-valor que discriminaba entre la alta y la baja cultura, salvajes y civilizados, abrazando no obstante una concepción óntica: la cultura como realidad sustancial, caracterizadora de una sociedad. El surgimiento de dicha concepción, circa 1800, y su posterior consolidación dependen de una serie de a prioris técnicos y políticos, que van desde la imprenta y la formación del Estado-nación hasta al telégrafo y el ferrocarril. En el paso de la situación tecnológica de Benjamin a la que nos es contemporánea, la cultura primero fue redefinida como un malla de signos y significados —no isomorfa ni restringible al perímetro de la «tribu», la «nación» o la «sociedad»— para luego ser objeto de una continua crítica disciplinaria. De lo que se trata es de discutir los a prioris técnicos y políticos de esta metamorfosis y precisar de qué manera puede ser la cultura un concepto antropológico todavía pertinente.

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