La patologización de la transexualidad y las retóricas del “cuerpo equivocado”, en el marco de un sistema sexo/género dicotómico y sexista, han condicionado fuertemente la manera que tienen muchas personas que se identifican como trans (transexuales, transgénero) de pensarse a sí mismas y de orientar sus prácticas corporales y sus sexualidades. Se asume erróneamente, a menudo, que todas ellas cumplen con los estándares diagnósticos clásicos de la transexualidad (el autorrechazo corporal y la disforia, por ejemplo), unos estándares que si bien para algunas personas trans resultan liberadores y operativos de cara a la consecución de los cambios corporales deseados, para otras son al mismo tiempo fuente opresión y objeto de impugnación (Missé, 2013). En esta comunicación se analizará cómo, pese a que las restricciones normativas del modelo quirúrgico de transexualidad siguen lastrando considerablemente las vivencias de muchas personas trans jóvenes, cuando nos aproximamos a sus narrativas sexoafectivas emergen formas novedosas y emancipadoras de habitar la sexualidad, la corporalidad y el deseo desde edades tempranas que desbordan los estereotipos estigmatizantes y carenciales predominantes. Vivencias que rompen con el mandato de la disforia obligatoria y con los patrones hegemónicos de construcción de la (hetero)sexualidad y del género (especialmente de la masculinidad) en la adolescencia y la juventud desde cuestionamientos feministas. Para este análisis, se partirá de los datos producidos entre 2013 y 2018 en una investigación etnográfica sobre infancias y juventudes trans y se ahondará en el entrelazamiento complejo entre género y sexualidad (Valentine, 2007) que se evidencia en las narrativas analizadas.

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