La presente aportación trata de ofrecer una visión positiva y holística del sexting como respuesta erótica significativa en el marco de un modelo comunicativo influido por las TIC. Las herramientas utilizadas para el contacto afectivo han sufrido transformaciones relevantes en los últimos años; siendo esto especialmente evidente en la realidad de la vivencia adolescente. Programas de mensajería instantánea como WhatsApp o redes sociales eminentemente visuales como Instagram se han instalado de manera profunda en la cotidianeidad del contacto entre iguales. La naturaleza multiformato de las interacciones digitalizadas que derivan de estas plataformas configura unas dinámicas relacionales que se despliegan en torno a estrategias de vinculación complejas. Tales dinámicas influyen en el proceso de socialización, el autoconcepto, y la gestión de las relaciones afectivas. Para ello, es necesario abordar la práctica contextualizandola en el marco de un ideario colectivo marcado por representaciones mediáticas hegemónicas de la belleza física, lo deseable y la dicotomía masculinidad/feminidad. Al poner el foco en personas jóvenes consideramos necesario revisar críticamente los debates en torno al sexting en el Estado Español, analizando las tendencias prohibicionistas y alarmistas y proponiendo una clara distinción entre sexting y sextorsión. Finalmente, se presentan reflexiones sobre el poder que la producción de autoimagenes tiene en la elaboración de relatos positivizados y positivizables sobre el propio cuerpo; favoreciendo una toma de conciencia en torno a una vivencia activa de la sexualidad que supera el concepto clásico de genitalidad.

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