En algunos entornos rurales, sometidos a procesos persistentes de despoblación y de envejecimiento, las tierras productivas han quedado olvidadas, abandonadas, dormidas. Con la intención de recuperar estas tierras de cultivo y volver a "despertarlas", bien sea al modo tradicional, o con formas de cultivo nuevas, se han puesto en marcha los llamados "bancos de tierras". Esta iniciativa reúne, a nuestro juicio, algunos elementos significativos para la antropología social, pues, a través de instituciones, políticas públicas e inversiones se estrechan fructíferos contactos entre propietarios de estas tierras que ya no se cultivan y nuevos agricultores que no poseen terrenos para su incipiente labor y carecen, además, del capital suficiente para poder comprarlos. En esta iniciativa podemos analizar la importancia de la cooperación y colaboración del ámbito público y privado con la intención de evitar la grave situación de abandono de estos espacios naturales sometidos a graves riesgos de incendios y otros avatares. Al mismo tiempo promueven la incorporación de los jóvenes al sector agroalimentario y fomentan el autoempleo. Además, los llamados bancos de tierras proporcionan e incentivan el apoyo de especialistas para poner en marcha canales de comercialización, y la firma de convenios con empresas, entidades, asociaciones, plataformas de consumo, mercados de abastos, ferias, etc. para poder distribuir los productos. La comunicación que presentamos está basada en un análisis de caso fruto del trabajo de campo realizado en la comarca del Bierzo, en León en el banco de tierras promovido por el Consejo Comarcal del Bierzo desde el año 2013.

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