La población rural en España sigue descendiendo en los últimos años. Según datos del INE (2006-2015), los movimientos migratorios internos siguen favoreciendo a los núcleos urbanos y periurbanos en detrimento de las poblaciones rurales. A los tradicionales obstáculos para vivir en el campo como son la falta de infraestructuras, comunicaciones deficientes o carencia de nuevas tecnologías se suma en el caso de las mujeres el papel secundario que todavía ostentan debido principalmente a unas mentalidades tradicionales todavía machistas; y todo esto a pesar de leyes como la de titularidad compartida o las ayudas al emprendimiento de la mujer. Desde la mayor parte de las asociaciones de mujeres rurales se comparte la idea de que el papel de la mujer es fundamental para frenar la despoblación e impulsar la viabilidad económica y de que además deben ser el centro de las políticas de desarrollo rural. A través de esta comunicación realizamos un análisis del papel del asociacionismo de las mujeres en el mundo rural, abundando en su participación en el mercado laboral y en el impulso en la toma de decisiones que tradicionalmente ha tenido una preponderancia fundamentalmente masculina.

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