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Un ágora desde el tejido de la Salud Mental Colectiva

Si la categoría de Salud Mental Colectiva (SMC) apunta hacia la necesidad de un profundo cambio social, no es solo porque sugiere la renovación del paradigma de salud, de los sistemas sanitarios, de la clínica, de las intervenciones terapéuticas o de la percepción comunitaria de una diversidad mental que no puede disociarse de la cultural. Las condiciones de posibilidad para la ‘otra salud’, de la que habla entre otros el movimiento zapatista, lograrán hacerse presentes en la medida en que, además, los diferentes agentes que pertenecen al tejido social en este ámbito se interrelacionen de un modo que supere las compartimentaciones identitarias, ideológicas o funcionales que parecen inherentes al modelo neoliberal y reduccionista de salud y de sanidad. Las herramientas de la antropología permiten, como pocas otras, acercarse a la SMC y etnografiarla atendiendo a ese tejido, siendo conscientes de que el abordaje será más fértil si se despliegan desde el paradigma de la complejidad. A partir de ahí es posible aportar, como se está haciendo en la actualidad en Navarra, propuestas aplicadas a la articulación de un ágora o plaza de la SMC. Grupos en primera persona y de apoyo mutuo, asociaciones de familiares, plataformas mixtas de personas psiquiatrazadas y profesionales y otros sujetos sociales comparten por primera vez un espacio físico y virtual donde el área de intercambio deviene en campo y proceso de transformación colectiva.

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