La ponencia tiene como objetivo central presentar el resultado de un proceso de investigación desarrollado en San Buenaventura Nealtican, Puebla, México. Se aborda la experiencia formativa de estudiantes de antropología a través de la escritura etnográfica. Se analiza que la cultura política local no es resultado de extraordinarios pensadores ni de grandes acciones sociales, sino de diminutos ejercicios cotidianos significativos, de personas que construyen y crean manifestaciones diferenciadas de existencia humana en espacios locales. Esta vida humana se evidencia a través de elementos materiales e inmateriales, cultivados por sujetos que se sitúan activamente en su contexto para enfrentar las circunstancias adversas que atentan contra la vida, el territorio y el agua. El cuidado del territorio es un punto de partida que inspira la construcción de una forma de convivencia social con la tierra. Esta forma de convivencia social es la que con regularidad se suele soslayar, cuando se desarrollan gasoductos, hidroeléctricas, termoeléctricas y se impulsa la explotación de minas y recursos naturales de una forma irracional. La desaparición de la ética, de la actitud y comportamiento de cuidado esmerado, relacionado con la tierra, es la pauta social del presente en diferentes culturas consumistas. Mientras unas culturas conciben la tierra como un recurso material al que le puedes abrir las entrañas para incrustar un gasoducto y generar riqueza material para sectores empresariales, otros ven la tierra como un espacio para cultivar la vida y le da sentido a la existencia misma de los sujetos. 

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