En el valle de Roncal, situado en el Pirineo Oriental Navarro, la montaña es un elemento importante en la construcción de la identidad local. Es la síntesis de su historia y su memoria, pero también de su apuesta de futuro. La montaña es hoy el escenario de actividades económicas como la ganadería (y el pastoreo) y el esquí nórdico, pero además, creo que moviliza y transfiere un conjunto de ideas y valores sobre la identidad roncalesa, como son la fuerza y la resistencia, que legitiman ambas actividades como representativas de la identidad local mientras les confieren coherencia. Tanto ganaderos como esquiadores son representados como los custodios de la montaña, son sus moradores legítimos, “naturales”, y por extensión son los máximos representantes de la comunidad. Sin embargo, a través del análisis de las vivencias recogidas en torno a esas actividades, reflexionaré sobre cómo los cuerpos generizados ocupan distintas posiciones respecto a la montaña y las actividades que se dan en ella y de cómo, por ello, las mujeres quedan fuera del protagonismo y la representación cultural.

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