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Las experiencias de movilidad cotidiana en Santa Fe, Ciudad de México. El caso de las y los trabajadores del CIDE: diferencias de ingreso económico y género.

Durante décadas los estudios sobre movilidad se basaron en el pensamiento cartesiano de desplazamiento: lugar de salida a lugar de llegada. Bajo esta premisa se priorizaban las nociones de distancia, costo y tiempo recorrido. Con el paso de los años se replanteó la movilidad en ciencias sociales, fue así que surgieron nuevos paradigmas para estudiarla, poniendo énfasis en las experiencias de los sujetos mientras se movilizan.  Debido a que en la Ciudad de México las distancias entre casa y trabajo aumentan, el tiempo de traslado se ha vuelto fundamental para realizar las tareas que no alcanzan a terminarse en el hogar y en el espacio laboral. Los usuarios de transporte público y de automóviles propios ejecutan múltiples actividades mientras se trasladan, lo que demuestra que las diversas prácticas de movilidad reflejan la diferencia y heterogeneidad de las personas, lo que se traduce en desigualdades. En la ponencia se aborda el caso de Santa Fe, en particular las movilidades de los estudiantes y trabajadores del CIDE, diferenciándolos por género e ingreso económico. El género es clave para entender los espacios urbanos y de movilidad porque define prácticas y roles esperados en cada sociedad y estos se observan en los desplazamientos cotidianos. A su vez, el ingreso económico refleja desigualdades que normalizan las relaciones de poder ejercidas tanto en el espacio público como en los distintos transportes. ¿Cuáles son las actividades que realizan los estudiantes y trabajadores del CIDE mientras se mueven para llegar a Santa Fe?        

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