La cuestión de la participación ciudadana se ha convertido durante los últimos años en una categoría abstracta de índole prácticamente mística, sin un significado concreto pero con un gran poder invocador. Para desgranar el contenido de dicho término en un caso concreto y entender qué hay tras su conciliadora fachada –ya sea puro vacío, buenas intenciones, poder de decisión real para los ciudadanos o una metodología que es todo menos inocente– la tesina que da lugar a esta comunicación analiza el caso de Barcelona y el proceso participativo creado por el ayuntamiento para producir el proyecto de reforma de Las Ramblas. Se reflexiona así sobre el papel de la participación en el complejo contexto urbano neoliberal y se describe el ritual en el que los ciudadanos supuestamente deciden junto a la administración la forma que tendrá un plan urbanístico. Las conclusiones del estudio reflejan que pese a haberse hecho una aproximación más profunda a las problemáticas urbanas de la avenida que en otros procesos similares y pese a haberse desarrollado una metodología innovadora, inclusiva, transparente y efectiva a la hora de involucrar a los ciudadanos, todo lo que éstos pudieron hacer fue ‘participar en la participación’ en el sentido de contribuir a las actividades previamente preparadas para ellos y responder a las preguntas preestablecidas por el equipo técnico a cargo del proyecto. Por otro lado, el peso de los métodos en este proceso frente a quién tomaba parte en él nos habla del tipo de participación que la administración promueve.  

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo