Hacer autoetnografía colaborativa para analizar las trayectorias migratorias particulares y sistematizar la experiencia es una herramienta de Investigación Acción Participativa Feminista y Reflexiva. –IAPFR- puesta al servicio de la recuperación de la memoria como un aporte desde la diáspora al Proceso de Paz que se vive en nuestro país de origen: Colombia. Esta apuesta ya ha sido iniciada por la “Comisión Verdad, Memoria y Reconciliación de las mujeres colombianas en el exterior”. Hacer arte y parte de este proyecto así como estar haciendo mi tesis doctoral en torno a la recuperación de la memoria migrante desde la autoetnografía me posiciona en un lugar privilegiado para la sistematización de esta experiencia y hacerla pública. Construir un espacio de la diáspora cartografiando nuestra historia, como lo propone Avtar Brah (2011), nos permite discutir sobre las barreras de inclusión y exclusión, de pertenencia y otredad, de ‘nosotros’ y ‘ellos’ valiéndonos del valor de la intersubjetividad y el poder hablar desde la frontera, desde la desterritorialidad como puentes entre los mundos. .  Recuperar esos vínculos que se han estirado hasta reventarse es posible mediante la reconfiguración de los vínculos emocionales; para ello la autoetnografía, como método de toma de testimonios en un contexto transnacionalizado, se convierte en una herramienta pedagógica de gran valor para la reconstrucción del archivo de la memoria colectiva.¿Cómo articular esos testimonios para que la historia de las mujeres -emigrantes, exiliadas, desplazadas, refugiadas- sea parte de la reparación del tejido comunitario, la verdad y la reconciliación?

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