El régimen de existencia neoliberal generado a partir del desarrollo de políticas de desposesión, asistenciales y penales, ha configurado, en los espacios urbanos, ciertos escenarios de riesgo. Estas medidas, han contribuido a procesos de estigmatización, individualizando la exclusión social y responsabilizando a las personas de sus situaciones de vulnerabilidad. En este contexto, donde la precariedad y la subsistencia forman parte de la cotidianeidad, las personas desarrollan proyectos de vida inestables, así como, diferentes adaptabilidades y racionalidades micropolíticas con la intención de positivizar su existencia. La propuesta de comunicación se basa en un trabajo de campo en curso que se desarrolla en zonas periféricas de una ciudad media de Cataluña. Se centra en personas—fundamentalmente jóvenes de clases populares—definidas, por ciertos discursos políticos y sociales, por su inadaptabilidad a aquello socialmente normalizado y por conductas no respetables que, por lo general, inciden en la idea de la inactividad, la pobreza, la falta de perspectiva de futuro y la violencia. Desde una perspectiva interseccional, que sitúe el desarrollo de una vida digna en el centro, se pretende describir y analizar las experiencias de subsistencia que las personas tejen para adaptarse a los procesos de precarización de la existencia que los atraviesan.

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