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¿Realmente son las lesbomaternidades maternidades no normativas?

Las lesbianas tradicionalmente nos hemos ubicado en los márgenes del sistema, por eso hemos tenido menos hijxs que las mujeres heterosexuales –cuya función social por excelencia ha sido la maternidad–, y cuando los hemos tenido, no hemos sido consideradas familias, aún conviviendo en pareja y con lxs niñxs. Recientemente, algunas investigaciones han afirmado que las lesbomaternidades son maternidades no normativas (Álvarez y Romo, 2015). Sin embargo, desde mi investigación autoetnográfica, no siempre puedo estar de acuerdo con esa afirmación; sobre todo, tras la aprobación del matrimonio homosexual y la posterior regulación de las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA). ¿Que las parejas de lesbianas pasen a crear lazos “legítimos” de parentesco, podría favorecer que las lesbianas nos comportemos como familias heteronormativas? ¿O es la propia maternidad como institución heteropatriarcal la que nos devuelve a la heternormatividad? ¿Supondría este retorno que podríamos terminar siendo absorbidas por el sistema en una especie de mimetización que nos abocaría a la invisibilización (Trujillo, 2014; Imaz, 2016)? ¿No estaremos siguiendo los pasos intencionados que nos marca el mismo capitalismo heteropatriarcal que nos desprecia? Pues de no ser por puro interés, ¿por qué nos permitiría entrar en su matriz, cuando vulneramos dos reglas básicas del orden sexual, la heterosexualidad y la separación entre reproducción y sexualidad? ¿Y esto significaría que ahora que nos colocamos en la parte más respetable de la jerarquía sexual (Rubin, 1989), dejamos de ser seres abyectos? Por último, ¿qué consecuencias tiene esta situación para la cotidianidad de nuestras vidas en familia?

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo