Cuerpos que se trans-forman. Autodefensa para mujeres, una práctica que posibilita la emergencia de nuevas subjetividades
Pensar que el cuerpo no es ajeno a la cultura y a sus códigos lleva a reflexionar sobre las diferentes formas de experiencia que los sujetos-cuerpo pueden vivir al ser inscritos en unas determinadas categorías identitarias reconocidas socialmente. Ello influye en la subjetividad e implica diferentes comportamientos y efectos sobre y desde el cuerpo.
Este estudio, basado en la observación participante de cursos de defensa personal femenina organizados tanto desde entidades particulares como por diversos municipios de la C.A.M., tiene como objeto analizar qué efectos tiene su práctica en la subjetivación de los sujetos que en ellas participan.
Un enfoque que cuestiona las inequidades en función del sexo como principio natural y que muestra cómo ciertas imposiciones, con relación a una feminidad y masculinidad hegemónicas, están ligadas a una configuración y disciplinamiento sobre los cuerpos y sus actuaciones sociales al mostrar cómo los cuerpos abosorben, sufren o transforman estas representaciones a partir de la experiencia. La in-corporación de normas culturales pasa por "domesticar" ciertos hábitos corpóreos. Así, el cuerpo generizado sería un legado de actos que se van fijando, una performatividad sancionada socialmente, configurada a través de una continua repetición de conductas y comportamientos.
Esta repetición se interrumpe en las clase de autodefensa femenina. La performatividad puede ser reapropiada al pasar de acciones internalizadas, fruto de la socialización, a otras racionalizadas, fruto de un aprendizaje intencional. Puesto que no es algo exclusivamente físico ni individual, no se puede pensar el cuerpo como un mero instrumento, sino como agente intencionado.
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